POR:
Luisa Chun
Meibys Pérez
Némesis Pérez
David Villareal
Griselda Pineda
Kerstyn De Gracia.
¿Cómo pensar que en pleno siglo XXI aún exista
el sistema esclavista?
Cuando a través del tiempo ha habido muchos
movimientos en contra de ello para su
abolición porque viola los derechos
humanos y va en contra de la ética moral de una sociedad civilizada. Sin
embargo, este sistema es un hecho latente que ha imperado en todas partes del
mundo desde sus comienzos, subsistiendo y coexistiendo junto a otros sistemas económicos;
ha evolucionado y mutado de diversas formas (trabajos forzados, comercio sexual, servidumbre por
deudas, etc.), de tal manera que en la actualidad se encuentra
encubierta, donde la clase trabajadora actual presenta la condición de esclavo
oculto de forma voluntaria. Algunas personas tienen más de un trabajo para
poder cubrir las nuevas necesidades consideradas vitales para la mayoría de la
población (carro, celular, TV, etc.), explotándose a sí mismo para pagar una
vivienda en la que no pude disfrutar plenamente porque dedica más tiempo al
trabajo que al hogar. Habría que cuestionarse hasta que edad viven los
trabajadores que son sometidos a trabajos forzados y bajo la carga de mucho
estrés por las condiciones deplorables en los sitios de trabajos que no brindan
un buen ambiente laboral y la sobrecarga de trabajo donde un trabajador realiza
la labor de uno o más puestos de trabajos por el recorte de la planilla; sin
dejar de mencionar si llega a sobrevivir el trabajador para llegar a su
jubilación tan anhelada, y Panamá no escapa de esta realidad, ya que con el
transcurrir de los años se han aumentado las cuotas y la edad de jubilación,
encareciendo la condición de vida humana.
Se puede observar que, siempre que impere la
desigualdad en las clases sociales donde una persona ejerza poder y dominio
sobre otra, este sistema será una realidad no sólo en el presente siglo, sino
en los venideros.
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