sábado, 23 de julio de 2016

ESCLAVOS O SIERVOS ATADOS A UNA TIERRA


Por:
Eysibeth Adames
Maruquel Cruz
Dilcia Monterrey
William Ferrey
José Segundo
Margarita Rodríguez

En diferentes momentos de la historia de la humanidad hay evidencias del dominio que
ciertos grupos o líderes ejercen sobre otras personas para atender sus propios intereses.
A diferencia del Imperio Romano que tenía un sistema centralizado y esclavista, vemos como en la Edad Media, surge un sistema descentralizado en donde el poder recae sobre un rey que, mediante disposición divina y bendecida por el clero, controla las tierras y los campesinos que viven en ellas. A cambio de protección contra los ejércitos invasores, ellos debían ceder gran parte de sus cosechas al señor feudal y a la iglesia pagar diezmos y otros tipos de impuestos.
Ante éste panorama, observamos que no hay una diferencia marcada entre “esclavos del sistema esclavista” y “siervos del sistema feudal” ya que en ambos casos el individuo no es capaz de abandonar un sistema que les es impuesto. El siervo de las tierras feudales no podía migrar sin el permiso de su señor, con lo cual se encontraba en una situación intermedia entre la condición de esclavo y la de hombre libre.

El Continente Americano no escapó de éste sistema controlador, puesto que con la conquista española fue instaurado un régimen de administración feudal llamada encomienda, en donde el rey, que es propietario de todas las tierras, otorgaba poder al encomendero para explotar a los aborígenes americanos, quienes debían ceder todo el oro y demás riquezas.

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